DESPOTISMO
DESPOTISMO
La intransigencia y el
despotismo a veces se disfraza de modestia y dignidad, por lo general son
formas de legitimar el anular al otro. En otras palabras mucha gente se
justifica argumentando ser víctimas para destruir al otro, anularlo física o simbólicamente.
Considero que el déspota
es una persona inmadura incapaz de tolerar la frustración y de considerar otros
puntos de vista diferentes a los suyos, suena como algo cursi pero está visto que
los grandes dictadores eran emocionalmente inmaduros, enfermos, pero se
consideraban a sí mismos como portadores de la verdad y dignos de confianza.
El intransigente puede
pasar por inteligente argumentando una posición parándose en un solo discurso,
pero es incapaz de abordar otras posibilidades, otras epistemes, por eso si se mira con objetividad no tiene
nada de inteligente es un fanático, un bruto.
Algunas personas ven
como una costura las asignaturas de filosofía en el colegio y en la universidad
y creo que estas asignaturas son precisamente las que nos invitan a abrirnos a
diferentes posibilidades, a dialogar, a argumentar más allá del fanatismo y la
euforia, egolatría que solo ladra para defenderse cuando nadie le está
atacando.
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