CAPRICHOSOS

CAPRICHOSOS


“Sana a los corazones destrozados y venda sus heridas.” Salmo 147: 3

Existen muchas personas a las que yo llamo caprichosas, personas que sufren y hacen sufrir porque las cosas no ocurren como ellas desearían o como ellas lo esperan.

Este tipo de personas desean que sus familias se acoplen a ellas pero no permiten una indicación, una sugerencia, no están dispuestos a ceder para adaptarse mejor a sus familias.

Las personas caprichosas hacen pataletas, son agresivas, groseras e inmaduras, es decir asumen actitudes de estados anteriores del desarrollo, por ejemplo, asumen actitudes de niños o jóvenes cuando son adultos.

Muchos caprichosos generan estrategias ingeniosas de manipulación para obtener de sus familiares y amigos lo que desean, estas estrategias van desde enfermarse hasta amenazar con terminar con sus vidas.

Estas personas no perseveran en ninguna organización porque consideran que la organización debe acoplarse a sus deseos y llegan a creer que son genios incomprendidos.

Los caprichosos probablemente fueron niños mal educados, niños a los que se les otorgaba todo lo que pedían sin pedirles nada a cambio, ese un error de los padres que lleva a que estas personas en la edad adulta choquen contra un mundo que no está dispuesto a complacer deseos a nadie y mucho menos gratis.

Las personas caprichosas deben realizar un examen de conciencia en que puedan identificar sus defectos de carácter para empezar a cambiarlos poco a poco, no se pueden esperar cambios de un día para otro pero si existe motivación al cambio los logros se verán poco a  poco.

Como de costumbre es importante el contacto con uno mismo, con la naturaleza y con el otro para alcanzar las metas, todos estos procesos de cambio se viven en sociedad, en familia.


La oración y la lectura son ejercicios importantes en este proceso, perdona a los adultos que te educaron y perdónate ahora se trata es de encontrar soluciones y cambiar para mejorar.

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