CAER PARA LEVANTARSE

CAER PARA LEVANTARSE




Caer forma parte de la vida, sentir dolor es una experiencia natural e ineludible. Caer es el preámbulo de levantarse, el dolor indica que se deben hacer cambios en la vida, a menos que se desee seguir experimentando el dolor.

¿Te has preguntado por qué caes? ¿Existen variables similares en todas tus caídas? Busca ayuda, no existe nada más patético que una persona caída y arrogante.

Deja de encerrarte en tu habitación a sentir lástima de ti mismo, a lamentarte por tu mala suerte, a desear que todo esto termine, sal de ti, de tu habitación, tienes derecho a existir.

En tu vida existe un gran número de factores positivos que van desde tus valores morales hasta tus habilidades, rescátate, sálvate del marasmo, de la ceguera emocional.

Puede que el dolor sea muy fuerte, que la circunstancia sea difícil, pero por ningún motivo olvides que siempre existe otra opción, elige y actúa, nadie más lo hará por ti, ordena tu vida, empieza por tu aseo personal y el lugar en el que habitas.

Ten cuidado, existen personas que viven de engañar a otros, en momentos difíciles es posible que estos personajes aparezcan, date tiempo para decidir, si es necesario acude a personas prudentes y sabias para que te ayuden a tomar decisiones en estos momentos.

En un momento de dificultad lo importante es evaluar, estudiar cuáles fueron las causas de los acontecimientos y ejecutar los cambios pertinentes, la pregunta en este momento será ¿Qué debo cambiar?

Eres tu propio guía en este proceso de superación de la dificultad, nadie mejor que para levantarte que tú mismo, valórate, amate, comprométete desde este momento a ser tu mejor amigo.

Cuando caes sientes soledad, llegas a creer que el mundo te ha abandonado, créelo no estás solo, existen muchas personas dispuestas a compartir contigo, estoy convencido que mucha gente estaría satisfecha de saber tu punto de vista frente a muchas situaciones.

Levántate, cambia de actitud frente a la vida, lucha contra esa fuerza que te empuja a abandonar, a darte por vencido.

Empieza a considerar cuales son los pasos que debes dar, los más apropiados, en este momento es bueno expresar sentimientos pero no es una buena idea que te conviertas en un llorón, en una persona que lo único que hace es quejarse de la vida.

¿Has pensado en otras posibilidades? Probablemente ese es el problema, te estás limitando, ya te lo han dicho otras personas pero es posible que te sientas ofendido llegando a responder con agresividad a estas observaciones.

Si tu estrategia no funcionó lo lógico es cambiar, enfocar tus energías a otros objetivos, tus fuerzas en otras acciones.

Confía en Dios que te dará la fuerza para superar esta situación, Él te dará las oportunidades, te brindará las luces para salir del embrollo en el que te encuentras.


Estos momentos de dificultad son para aprovecharlos, para aprender lo que tengas que aprender, para fortalecer lo que está débil, para reconocer una vez más que eres un ser débil e imperfecto que con la ayuda de Dios es invencible.


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