DE LA NIÑEZ A LA VEJEZ
Nos cuestionamos desde niños sobre la vida,
sobre la muerte y a medida que transcurre el tiempo nos vamos acercando al fin
de todo esto, lentamente nos vamos trasformando y la sabiduría llega, pero
también llegan las enfermedades, el cansancio.
Algunas personas maduran y otras no, lo
que quiere decir que no son las experiencias en sí las que nos enseñan sino la
disposición de aprender que se tenga, es la humildad con la que estemos
dispuestos a asimilar, a ser flexibles y a ser.
Como de costumbre termino tratando temas que
la gente no quiere contemplar, la vejez, la muerte, el proceso de vida.
De Todas
Formas es lo que tengo en mente ahora y lo resalto.
Me
refiero al hecho de que solo ante la muerte podemos valorar la vida en su
totalidad y sencillez.
Al adulto
hay que escucharlo y aprender de él, al niño promoverlo, reír con él y
tolerarlo.
En la
vida se puede admitir lo que no nos agrada o no deseamos para llegar a saborear
la vida y no llegar a convertirnos en viejos inmaduros y amargados sino más
bien en sabios, bonachones.
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