TRISTEZA
LA TRISTEZA
Sufrimos de tristeza,
sufrimos dolores que son difíciles de enmascarar, difíciles de solucionar,
decir que ya pasó no es tan fácil como parece o como pensamos que debiera ser,
no lo es, aunque pueda ser fácil decirlo o pensarlo.
Uno ve la tristeza en la expresión de las personas; la tristeza puede manifestarse con desesperación, ira, reclamando justicia, exigiendo aprobación, eso no es raro, forma parte de lo que hacemos cuando estamos tristes.
Hay situaciones extremas de dolor como las que viven las personas víctimas del conflicto armado, o abusos de todo tipo, aún laboralmente, pero en medio de esas situaciones es muy importante saber que es posible salir adelante, que la vida no se puede detener solo en ese episodio por doloroso que sea, y que no se puede convertir en el centro de nuestra existencia. Se puede salir de él y se puede continuar adelante.
La autonomía es la posibilidad de entender que se tienen herramientas personales para seguir adelante, que el ser humano viene dotado de ellas para para hacer frente a las dificultades; comprender esto es tal vez lo más importante para superar estos momentos y para cruzar un posible trance de ideas suicidas y de sentimientos de impotencia total.
Uno ve la tristeza en la expresión de las personas; la tristeza puede manifestarse con desesperación, ira, reclamando justicia, exigiendo aprobación, eso no es raro, forma parte de lo que hacemos cuando estamos tristes.
Lo más importante es no llegar a caer en ese
hueco llamado depresión; porque tiene facetas terriblemente dolorosas y
molestas. Es comprensible y es normal sentir tristeza cuando perdemos algo, o a
alguien, o pasamos por una situación particular de pérdida, el sufrimiento
es parte de la vida.
Hay situaciones extremas de dolor como las que viven las personas víctimas del conflicto armado, o abusos de todo tipo, aún laboralmente, pero en medio de esas situaciones es muy importante saber que es posible salir adelante, que la vida no se puede detener solo en ese episodio por doloroso que sea, y que no se puede convertir en el centro de nuestra existencia. Se puede salir de él y se puede continuar adelante.
La autonomía es la posibilidad de entender que se tienen herramientas personales para seguir adelante, que el ser humano viene dotado de ellas para para hacer frente a las dificultades; comprender esto es tal vez lo más importante para superar estos momentos y para cruzar un posible trance de ideas suicidas y de sentimientos de impotencia total.
Se puede salir!
aunque en el momento no se vea ninguna luz, podemos asumir la ley natural que nos
indica que ‘después de la oscuridad
siempre llega la luz’ podemos asumir y esperar ese siguiente paso: la
llegada de la luz. Todo pasa.
Es cierto que vivimos
en un mundo que ignora al necesitado, pero les aseguro que no es todo el mundo,
no son todas las personas, es más; la mayoría de las personas somos buenas y
deseamos ayudar, lo que sucede es que 'el bien no es noticia y el mal hace más ruido',
y nos encanta vivir en la noticia mala, pero el mal es minoría, lo que sucede
como digo es que hace mucho ruido.
Todavía existen
personas buenas, oportunidades de vida diferentes, opciones de seren este
mundo, de VIVIR en él, no se trata de sobrevivir sino de vivir.
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